Dom. Abr 28th, 2024

tratamiento en casaContinuando de la Primera Parte esta vez hablaremos más sobre los signos de urgencias:

Desorientación. En medicina, la desorientación se describe en términos de tiempo, lugar y persona. Esto sólo significa que el niño no sabe qué día es, dónde se encuentra ni cómo se llama. El que no puede identificarse está en un estado más grave que el niño que no sabe que día es.

La desorientación puede ser parte de diversas enfermedades, y es especialmente común cuando el niño tiene fiebre alta. El niño con desorientación y confusión necesita que un médico lo atienda sin demora. 

Dificultad en la respiración (disnea). Por regla general, el niño debe recibir atención inmediata, si sufre disnea mientras se encuentra en reposo. Sin embargo, en los adultos jóvenes la causa más frecuente de disnea en reposo es el síndrome de hiperventilación, que no es motivo de alarma. Si es imposible determinar con certeza cuando la disnea se deba al citado síndrome, lo único sensato es solicitar ayuda inmediatamente.

Dolor intenso. Por sorprendente que parezca, el dolor intenso sólo en raras ocasiones es el síntoma que determina la gravedad  y la urgencia del cuadro. Más a menudo, el dolor se asocia con otros síntomas que revelan la naturaleza de la afección; el ejemplo más obvio es el dolor que acompaña a una lesión grave, como la fractura de una pierna, que en sí claramente exige atención cuando antes.

La intensidad del dolor es una apreciación subjetiva y depende de cada niño en particular; con frecuencia, la agudeza del dolor es modificada pro factores emocionales y psicológicos. No obstante, cuando dolor intenso exige atención médica urgente, si no por otra razón, al menos para calmarlo.

Los padres deberían idear una rutina a seguir en caso de urgencia. Conviene desarrollarla y someterla a prueba, como un simulacro. Si las acciones han sido planeadas con anticipación, disminuye la probabilidad de que la urgencia produzca pánico y se aumenta la de recibir rápidamente la atención necesaria.

Envenenamiento. Rara vez una demora de varios minutos afecta el resultado final. En cambio, puede ser peligroso tomar una decisión apresurada. Muchos venenos surte efecto al pasar por la boca y el esófago (ácidos, álcalis fuertes, limpiadores de caños y hornos), por lo que en esos casos no procede provocar el vómito.

Otros venenos (aguarrás, gasolina, líquidos para pulir muebles) hacen daño al despedir sus vapores, por lo que, en caso de ser ingeridos, tampoco se debe provocar el vómito. En cambio, los medicamentos ingeridos pueden ser vomitados sin peligro. El veneno en cuestión debe llevarse al médico o a la sala de urgencias.

Urgencias Médicas en el Hogar.

Por Atomico